Belgrano volvió a festejar a lo grande en Buenos Aires. En una noche cargada de intensidad y coraje, el Pirata derrotó 2 a 1 a Boca Juniors en La Bombonera y se llevó una victoria que quedará marcada en la memoria del pueblo celeste.
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Por Agustina Peralta
El primer tiempo fue parejo. Boca tuvo más la pelota, pero Belgrano mostró carácter y solidez defensiva. Con un mediocampo combativo y líneas compactas, el equipo de Ricardo Zielinski neutralizó los intentos de un Xeneize que no encontraba claridad en los últimos metros.
En el segundo tiempo llegaron las emociones. A los 56 minutos, una falta sobre Passerini dentro del área terminó en penal. El propio delantero se hizo cargo y, con total frialdad, definió fuerte al medio del arco para poner el 1-0. La Bombonera quedó en silencio y el Pirata empezaba a soñar.
Cinco minutos más tarde, Belgrano amplió la ventaja: un centro desde la derecha fue desviado por Leandro Paredes. Este, en su intento por despejar, terminó mandando la pelota al fondo de su propio arco. El 2-0 desató la locura en el banco visitante y en el puñado de hinchas celestes presentes.
Boca reaccionó con orgullo y descontó a través de Exequiel Zeballos, que aprovechó un rebote en el área y definió con potencia para el 1-2. A partir de ahí, el local empujó con todo, pero Belgrano se mantuvo firme, defendió con el alma y sostuvo una victoria de esas que valen más que tres puntos.
El pitazo final fue un grito de desahogo y orgullo para todo Belgrano. El equipo del Ruso Zielinski mostró temple, inteligencia y personalidad para imponerse en una de las canchas más difíciles del país. Con estos tres puntos, el Pirata no solo se llevó un triunfo histórico de La Bombonera, sino que se metió en zona de Reducido, reafirmando su gran presente y su sueño de seguir peleando entre los mejores.