El José Amalfitani fue escenario de una noche intensa y cargada de expectativa. Vélez Sarsfield recibía a Racing Club en la ida copera de los cuartos de final de la Libertadores, con el ambiente típico de las grandes citas: tribunas repletas, cánticos incesantes y la sensación de que cualquier detalle podía definir la serie.
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Por Paloma Audano
Desde el arranque, Vélez buscó imponer condiciones. Con buen manejo de pelota y movilidad en ataque, generó las aproximaciones más claras de la etapa inicial. Racing, algo replegado, se dedicó a cerrar espacios y esperar su momento, aunque por momentos le costó sostener la posesión.
A 17 AÑOS DEL DÍA QUE RACING NO CAYÓ
Cuando el primer acto parecía irse en cero, llegó la jugada que marcaría el resto del encuentro: a los 43 minutos Lisandro Magallán, zaguero de Vélez, vio la segunda tarjeta amarilla por una falta en la mitad de la cancha. La expulsión dejó al local con diez jugadores y obligó al entrenador a reordenar de urgencia el esquema para la segunda parte.
En el segundo tiempo, con un hombre más, Racing adelantó líneas y se adueñó del trámite. Apenas superados los siete minutos de la reanudación, Adrián “Maravilla” Martínez encontró un hueco en el área y, tras un pase preciso, definió con categoría para el 1-0. El gol cambió por completo el pulso del partido. La Academia se mostró confiada, moviendo el balón con paciencia, mientras Vélez apelaba a la garra para no perder la compostura.
Racing blindo a otro juvenil
El local tuvo su gran chance de igualar, un cabezazo de Aaron Quirós terminó en la red, pero el VAR intervino y anuló la acción porque el balón había salido en el tiro de esquina previo. La polémica encendió a las tribunas, pero el marcador no se movió. Minutos después, otra revisión tecnológica corrigió una expulsión a Nardoni, que finalmente quedó en amonestación, sumando más dramatismo a la noche.
Los últimos minutos fueron un asedio desesperado de Vélez, que empujó con centros y pelotas paradas pese a la inferioridad numérica. Racing resistió con orden y temple, sellando un triunfo de enorme valor.
El 1-0 en Liniers le da a la Academia una ventaja clave de cara a la revancha en Avellaneda. No solo por el resultado en sí, sino por la confianza de haber ganado de visitante en un escenario complicado. Vélez, por su parte, deberá rehacerse rápido, recuperar efectivos y encontrar variantes ofensivas si quiere revertir la serie en el Cilindro.