Vélez Sarsfield se consagró campeón de la Supercopa Internacional al vencer por 2-0 a Estudiantes de La Plata en un partido que será recordado no solo por el título, sino también por un primer tiempo chato y la intensa neblina que por momentos casi obliga a suspender el encuentro.
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El primer tiempo estuvo lejos de ser vibrante. Ambos equipos se mostraron cautelosos, sin generar situaciones claras de gol y con un juego muy cortado. La espesa niebla, que invadió el estadio, complicó la visibilidad de los jugadores, los árbitros y los hinchas, que apenas podían distinguir el desarrollo del juego. De hecho, el árbitro evaluó seriamente la posibilidad de detener el partido por la falta de visibilidad, pero finalmente el encuentro continuó.
Todo cambió en el complemento. Vélez ajustó piezas y logró abrir el marcador a los 52 minutos gracias a un gol de Thiago Galván, que aprovechó una desatención defensiva del Pincha. Con la ventaja a su favor, el conjunto de Liniers se adueñó del trámite y aumentó la diferencia con un gol de Braian Romero a los 73’, liquidando prácticamente el partido.
Para colmo, Estudiantes terminó con diez jugadores debido a la expulsión de Edwin Cetré en el minuto 90+5’, lo que selló una noche para el olvido para los de La Plata.
PALIZA MILLONARIA
Así, Vélez levantó un nuevo trofeo, la Supercopa Internacional, y se ilusiona con que este título sirva como envión anímico para lo que resta de la temporada. El Fortín no solo sumó una copa más a sus vitrinas, sino que lo hizo dejando atrás un arranque complicado y en un escenario climático atípico que puso a prueba la paciencia de todos.
