Derrota amarga en el BosqueLa noche prometía en el Bosque. Nuevo torneo, técnico nuevo, ilusiones renovadas. Alejandro Orfila debutaba como entrenador de Gimnasia con la esperanza de dejar atrás viejos fantasmas. Pero la historia terminó como muchas otras en el último tiempo: con el Lobo masticando bronca y la visita festejando.
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Desde el inicio, Gimnasia mostró imprecisión y falta de peso ofensivo. Le costó hacer pie, perdió la mitad de la cancha y no logró conectar con sus delanteros. Instituto, sin ser un aluvión, fue más claro y aprovechó los espacios.
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Y cuando parecía que el primer tiempo moría en empate, llegó el baldazo. Minuto 44: Alex Luna encontró la pelota en la puerta del área y la colgó del ángulo. Nada que hacer para Insfrán. Otra vez, el Lobo pagaba caro una desatención.
En el segundo tiempo, con más empuje que juego, el equipo salió a buscarlo. Mostró otra cara, pero no alcanzó. Tuvo un par de situaciones claras, pero entre la mala puntería y el arquero rival, el gol nunca llegó. A pesar de los cambios, la reacción no fue suficiente.
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El final dejó silbidos, preocupación y esa sensación de déjà vu: Gimnasia volvió a perder en casa, y otra vez la ilusión se golpeó con la realidad. Orfila tendrá trabajo por delante. El Clausura recién empieza, pero el margen de error ya parece apretado.
